Julia Calvo (la prostituta Consuelo en la historia) se jacta de haber visto la obra 18 veces. “Estudiaba en la Escuela de Arte Dramático, changueaba, e iba a manguear entradas a la puerta del Nacional”, recuerda. Con musicales como La tempestad y Calígula en su currículum, la ex Casi ángeles analiza a su personaje como “una Magdalena que se redime”. Natalie Pérez (Clementina, hija del alcalde) es un hallazgo teatral y viene de protagonizar la tira Consentidos . Juan Durán, el sacerdote Silvestre, es coproductor de la obra junto al “Chino” Carreras.
2012 aparenta ser la fecha de fin del mundo que invocan los secuaces de Nostradamus y los promotores de Hollywood. A tono con esa moda de las profecías, el 1° de enero regresará a escena el musical basado en esa llamada de Dios para advertir que habrá una remake de El arca de Noé. A 31 años del estreno en la Argentina, en un marco de escepticismo y mirada al propio ombligo, El diluvio que viene (en el Tronador de Mar del Plata) tendrá el desafío de volver a encantar con su mensaje blanco.
En una pequeña sala de la Casona del Teatro, los casi 30 artistas, apretujados para el ensayo, se las arreglan para bailar sin dar codazos y para inhalar el aire enviciado por la proximidad de los cuerpos a 40 grados de térmica. Para Juan Durán, el sacerdote de la historia, la sotana negra deviene en un radiador al que hacerle frente. “Todo sea por el amor al teatro, y a esta obra a la que ya interpreté en 1988”, advierte con la paciencia de un párroco. Comparte protagónico con Natalie Pérez y Julia Calvo.
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